Comentario de Lidia Boxer, que asistió a la función de Pretenciosas ridículas, Las de Barranco, este viernes 20 de agosto:
“Traspasando todas las épocas, tan dolorosamente actual, cuando un hijo, no es un hijo sino una mercancía, lo dijo genialmente F. Engels. Ductil y suavemente, actores, se prestan a que voces y gestos los traspasen, luego de más de un siglo.
Muestra como la situación social, posee y prostituye, el amor, que es lo único que nos hace humanos.
Títeres de las crisis, ellas, indefinidas y fantasmáticas, poseen y gobiernan la vida humana. ¿Humana?”
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